Entrevista con el Dr. Carlos Macaya

Escuchar al cardiólogo clínico es clave para que el intervencionismo no se aleje de las indicaciones y recomendaciones.

— Dr. Carlos Macaya

El Dr. Carlos Macaya Miguel es jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico San Carlos de Madrid desde el año 1999, Doctor en Medicina con calificación summa cum laude en la Universidad Autónoma de Madrid (España) y Catedrático de esta especialidad en la Universidad Complutense de Madrid. Ha sido presidente de la Sociedad Española de Cardiología y, actualmente, de su Fundación; así como presidente en la Federación de Asociaciones Científico Médicas Españolas (FACME), presidente de la Comisión Nacional de Cardiología en el Ministerio de Sanidad y Política Social, coordinador del Programa Integral para Cardiopatía Isquémica (PICI), así como codirector en la elaboración de Estándares y Recomendaciones del Área del Corazón en el seno del Ministerio de Sanidad, y presidente del Observatorio de la Adherencia al Tratamiento (OAT); entre otros muchos cargos.

Nacido en Lleida, es especialista en hemodinámica y pionero en el uso de técnicas terapéuticas percutáneas o cateterismos terapéuticos, como la angioplastia coronaria, valvuloplastia mitral, aórtica, y más recientemente, nuevas técnicas de intervencionismo estructural como la implantación de válvulas cardiacas transcatéter.

Su intensa carrera en Investigación incluye su participación como investigador en más de 200 estudios internacionales, en 32 de ellos formando parte del Comité de Dirección.

Es autor de más de 655 artículos en revistas indexadas, cuenta con más de 45.061 citaciones. El Factor de Impacto de estas publicaciones es 2.731, con un índice H, indicador de las citaciones de dichos artículos, de 88.

En 2007 obtuvo el premio Jaime I en Investigación Médica como reconocimiento a su trayectoria científica.

¿Cómo fueron los orígenes del CSC?

El CSC surgió en 2015 como ampliación de otro curso de Cardiología intervencionista que había en España. Los doctores Serra e Iñiguez y yo mismo, decidimos darle un impulso, para transformar aquella iniciativa a todos los niveles; ampliando la base directiva e incorporando al equipo a los doctores Goicolea, Cequier y Sabaté. Además, le dimos al CSC un nombre corto y reconocible, que incorporaba la letra S de estructural en inglés para tratar de dar cabida a esta especialidad que venía experimentando tantos avances y grandes desarrollos desde el año 2007-2008 aproximadamente. Todo ello nos permitió incorporar nuevas generaciones de cardiólogos intervencionistas y así, ampliar y consolidar el grupo.

¿Qué recuerda del primer curso de 2015?

El primer curso del CSC en 2015 fue un éxito y se convirtió en el curso de referencia en la Cardiología intervencionista en nuestro país. El programa sigue teniendo hoy en día una característica diferencial que son los casos en vivo, los verdaderos protagonistas de nuestra reunión, y el eje que vertebra el curso. Estos casos son para nosotros prioritarios en la gestión del tiempo del curso y generan enorme debate y discusión.

¿Qué fortaleza destacaría del CSC?

Otra fortaleza de nuestra comunidad es que no solo participan cardiólogos intervencionistas, sino que participan todos los profesionales sanitarios que intervienen en la especialidad, desde enfermería hasta los técnicos y otros cardiólogos clínicos o de imagen. Escuchar sus opiniones e intervenciones es crítico en el intervencionismo para que no nos alejemos de las indicaciones y recomendaciones. Son tan importantes que están dentro del comité del CSC.

¿Cómo ha sido la evolución de la Cardiología intervencionista en estos últimos años?

Desde 2015, la Cardiología intervencionista ha experimentado una expansión continua. Ya veníamos de los grandes avances de los años 90 y principios de los 2000 con los stent y los stent farmacológicos; pero es que en torno al año 2000 la Cardiología estructural deja de ser algo anecdótico y se produce una enorme consolidación de este campo con la introducción de prótesis con catéter y toda la llegada de las válvulas para la patología aórtica. Es una Cardiología que necesita habilidades y expertise, cuyas técnicas necesitan un proceso de aprendizaje y tutorización. Sin duda diría que la Cardiología estructural ha experimentado un desarrollo voraz con enorme diversidad de técnicas. Pero también en estos años ha experimentado un enorme avance la Cardiología intervencionista coronaria, que sigue representando, estimo, 3 de cada 4 procedimientos intervencionistas en la actualidad debido a la alta prevalencia de la patología coronaria.

¿Cómo ve el futuro del CSC?

De cara al futuro me gustaría ver la evolución del CSC en paralelo a la evolución de la especialidad. Convertido en el curso de referencia para los cardiólogos intervencionistas en España y en Latinoamérica, mi deseo es que todos los profesionales que se dedican a la patología intervencionista vean en este curso una plataforma de participación y maestría, en la que se puedan dar a conocer y comunicar los últimos avances al resto de profesionales más jóvenes. Y no me cabe duda de que este nuevo cambio en la dirección del CSC, que da entrada a nuevos profesionales de renombre y de nuevas generaciones, hará que el curso siga vivo y con un futuro muy halagüeño.